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Foto del escritorAlicia Maya Mares

Al amanecer aguarda la esperanza: Los robots contarán nuestras historias



Portada de Los robots contaran nuestras historias
Los robots contarán nuestras historias (2024)

Páginas: 164

Editorial: Ocelote

Publicación: 2024


Los robots contarán nuestras historias

¿Los robots pueden comprender el peso de nuestro desconsuelo?


A través de estos cinco cuentos, Daniel ofrece distintas respuestas a esta pregunta.


El panorama general del libro

Además de esto, el autor hace aseveraciones de tal calibre que bastan para pausar la lectura y replantearse la vida misma:

"Hallar la vida no es suficiente. Es necesario cuidarla."

En ese sentido, crear la vida no es suficiente, para los humanos, es necesario darle un propósito. Y es en ese abanico de posibilidades que el autor le da rienda suelta a su imaginación.


Las ocupaciones de los robots aquí van de lo clásico a lo asombroso: recolectores de basura, mecánicos, sex toys, asistentes del luto, cuidador de estatuas, devoto rezandero, cuentacuentos.


Este es un libro repleto de robots que dicen que no pueden herir su corazón, pero que, al reinventarse en nuestra ausencia y frente a nuestra extinción, logran rompernos el corazón una última vez antes del final.


"Uno nunca olvida dónde están los huesos de un amigo, o de algo más que un amigo. Uno puede olvidarse de la carne, pero nunca de los huesos."

Daniel indaga en la materialidad, en nuestra sustancia, pero más que eso, en nuestro espíritu. Y en como este inspira al de los robots, que se cansan de esperarnos hasta formularse un alma propia. Si no un reflejo, sí son un legado de la humanidad, del ingenio que los creó, y de la debilidad que les dio su propósito.


El estilo y el universo del libro

En un estilo altamente cerebral, pero que aun así logra una gran articulación emocional, el autor se aproxima a argumentos descabellados o de nostalgia extrema. Esto, a su vez, aligera el ritmo de lectura, e invita al lector a seguir vagando por parajes desolados de vida humana -- aunque todavía exista la vida artificial.


"Es el único sitio del mundo que se sentía como su corazón: un cementerio."

En este libro permea la soledad, el sentimiento de desolación que trae el apocalipsis, pero al fin y al cabo, los mismos robots representan la esperanza. Son la prolongación de nuestra intención e ingenio, el vano paliativo a nuestra destrucción. Eso no evita sentir que el amanecer está cerca al terminar de leer el último relato.


"Ser humano es fácil cuando cavas en el suelo. No hay dudas, solo certidumbre. Nadie te pregunta quién eres."


En este libro comprendí que el ansia auto-destructiva humana es nuestro legado, pero que aun así, la belleza familiar de este mundo permanece. Y perdurará.

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